Manuel Touza: "la modificación de la madera es uno de los grandes avances que se han producido en la historia de la tecnología de la madera"

04 mar 2021 | Entrevistas

Entrevista a Manuel Touza, Socio Honorífico del Gremio de la Madera y el Mueble de Cataluña

¿En qué momento se empieza a interesar por la madera y por qué?

Mis primeros contactos con la madera estuvieron vinculados al bosque. En mi juventud, sentía pasión por la naturaleza y pude pasar mucho tiempo observando los animales o rodeado de árboles.

Después, al estudiar Ingeniería de Montes, cursé varias asignaturas vinculadas a la madera. En una de ellas, tecnología de la madera, estudiábamos su anatomía, las diferencias entre especies, el porqué de sus propiedades. Creo que fue ahí donde se me despertó un interés por la madera que aumenta con el paso de los años.

Pude centrar mi trayectoria profesional en la investigación en torno a la madera. Primero, en la Asociación de Investigación Técnica de las Industrias de la Madera (AITIM) y, desde el año 1996, en el Centro de Innovación y Servicios Tecnológicos de la Madera de Galicia.

¿Qué es lo que más le gusta de la madera?

La madera es un material fascinante. En su propio origen, a través de la fotosíntesis realizada por los árboles, se halla una ecuación fundamental para entender la vida en nuestro planeta.

Todo surge a partir de una humilde fibra de madera, una estructura tubular hueca de escasos milímetros que utiliza el sol y el agua como fuente de energía, y el aire como material de relleno. Sabemos, por los registros fósiles, que su diseño es tan perfecto que no ha necesitado evolucionar de forma sustancial desde hace millones de años.

A partir de ahí, disponemos de un material apasionante, repleto de historia y, al mismo tiempo, lleno de posibilidades por explorar.

Cuando habla de historia ¿qué puede retener de nuestro pasado una viga de madera?

Hace unos meses examinaba en Galicia unas vigas de madera de castaño del siglo XVII y es sorprendente la información que nos puede transmitir.

Viendo los anillos de crecimiento podemos hacernos una idea de cómo era el clima en aquel siglo o si la viga procedía de un castaño “bravo”, o era una viga “de aire” procedente de un castaño “trasmocho”.

Las marcas dejadas en su superficie nos muestran con qué herramientas se elaboró y su sección nos informa sobre cómo se dimensionaban las estructuras en aquella época. A veces también aparecen marcas vinculadas a los miedos y sentimientos humanos, desde el uso de cal para protegerse de las epidemias, hasta marcas protectoras para defenderse del fuego o de las supersticiones.

Y, al hablar de posibilidades por explorar ¿qué opina de la madera modificada?

La madera modificada nos permite mejorar las propiedades de la madera, sin necesidad de adicionar biocidas. Al aplicar estas tecnologías, es posible disponer de nuevos usos para especies de madera locales de rápido crecimiento. Por ejemplo, la madera acetilada de pino radiata adquiere, a los 28 años, una estabilidad dimensional y una durabilidad comparables a las que alcanzan las mejores maderas tropicales.

Aunque se encuentra en una etapa de desarrollo inicial, creo que la modificación de la madera es uno de los grandes avances que se ha producido en la historia de la tecnología de la madera. Mejorar las propiedades de la madera de rápido crecimiento, puede cambiar nuestra forma de gestionar las plantaciones productivas al reducir los turnos de corta y, al mismo tiempo, contribuir a generar nuevos usos para especies locales, con prestaciones difícilmente imaginables hace unos años.

¿Cree que la sociedad valora la madera como merece?

El vínculo entre madera y civilización ha sido tan estrecho que el término griego para designar al bosque o a la madera adquirió, posteriormente, el significado de materia prima. Aún hoy, la palabra madera deriva del vocablo latino materia.

Durante el siglo XX, al generalizarse el uso de nuevos combustibles y materiales de construcción, perdimos , en gran medida, el contacto histórico con los bosques y la madera. En España, la leña dejó de recogerse en los montes, los usos tradicionales fueron abandonándose y la madera dejó de estudiarse en las escuelas de arquitectura.

Sin embargo, con la llegada del siglo XXI, la necesidad de combatir el cambio climático, reduciendo las emisiones de gases causantes del efecto invernadero, ha puesto de relieve las inmejorables propiedades de la madera cuando se compara con otros materiales de construcción; su papel como sumidero de CO2, su reducida energía de fabricación y su carácter renovable, reciclable y reutilizable.

Creo que existe una importante predisposición a usar madera y, en cuanto la sociedad vuelva a conocer la madera, sus ventajas medioambientales y sus nuevas posibilidades, volverá a valorarla.

¿Cree que la madera adquirirá un mayor protagonismo en el siglo XXI?

Creo que sí porque estamos obligados a repensar nuestra relación con el planeta. No parece posible prolongar mucho más la quema generalizada de combustibles fósiles, la producción de materiales no renovables, la destrucción de la biodiversidad o continuar acelerando el cambio climático.

Las ventajas medioambientales de la madera son incuestionables y, ante esta evidencia, la tecnología está propiciando la rápida aparición de nuevos usos como la edificación en altura con los paneles de madera contralaminada.

Otros ámbitos de aplicación están surgiendo en torno a los efectos que puede aportar la madera en la mejora del bienestar y la salud de las personas, lo que está propiciando su utilización en centros de salud, escuelas infantiles, residencias de mayores, etc.

Todo indica que asistiremos a nuevos desarrollos en torno a la madera, incluyendo la aparición de productos, basados en la biotecnología, con propiedades que, aún hoy, son difíciles de imaginar.

Frente a estos grandes avances, personalmente, cada día me interesan más las pequeñas iniciativas, un proyecto de entramado ligero con una especie local, un diseño constructivo inteligente o la calidez de un pequeño elemento de madera en un comercio o en una escuela.

Y, por supuesto, siempre que sea posible, volver a pasear por los bosques, donde todo se incia.

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